Estamos en la era de la motivación desenfrenada a nivel personal y laboral.
Pasamos de empresas que no generaban conexión ni reconocimiento con sus trabajadores, a empresas donde los dueños están más preocupados por cumplir el papel de motivadores, dejando de lado su rol como líder.
Tuve la experiencia de trabajar en una empresa en la que pedir al equipo que realizarán correcciones de algún entregable o si era necesario, se realizará de nuevo ya que no estaba dentro de un estándar de buena calidad, no era recibido de buena manera. Desafortunadamente no estaban acostumbrados a practicar la comunicación asertiva para separar los vínculos emocionales (Amiguismos o lo que en algunos lugares empiezan a llamar como “Familia») de los laborales. Sí, puede ser difícil de entender o de imaginar ya que para cada ser humano la palabra “Calidad” puede significar algo diferente, pero en este caso abogo al sentido común de lo que es literalmente la palabra.
Mantener a un equipo en un alto nivel de motivación es dañino, sobre todo porque corta la posibilidad de reconocer el error y crecer, corta el proceso de aprendizaje del profesional y hasta limita la identificación de su propios talentos, pierde las oportunidades de mejora y por ende la oportunidad de crecimiento.
Después de esta experiencia, pude identificar que este comportamiento está activado por el miedo que sienten los líderes o dueños de esta empresa en particular. No quieren despedir trabajadores y evitan que deserten a toda costa, metiéndolos en una burbuja de positivismo y piropeo exacerbado que explotará en algún momento. Es evidente que estos líderes no están capacitados para acompañar a sus equipos de trabajo a enfrentarse y superar momentos de frustración.
Finalmente, el resultado de todo esto, es la pérdida del viaje. Ese viaje del aprendizaje que nos permite acercarnos con humildad al acto de reconocer lo que hacemos bien y lo que hacemos mal.
Al final de la jornada lo que te llevas a casa no son los “halagos” es el recuerdo de las cagadas que te mandas, de lo fuerte que latía tu corazón en ese momento y de toda la adrenalina que sentiste al darte cuenta que lo superaste, qué aprendiste, qué comprendiste y que estás listo para continuar.
Desarrollar el liderazgo profesional en un ámbito positivo impactará de manera directa en el liderazgo personal. Es por esto que se hace supremamente necesario encontrar un equilibrio en estos dos roles, los cuales son la base fundamental del ser humano.
Tomar consciencia y tener claridad del lugar donde estás trabajando, las personas con las que te relacionas en la vida, las amistades que construyes, los lugares que visitas. Todo hace parte de lo que puede aportar a tu crecimiento, tranquilidad, salud mental y corporal, como también puede afectar, limitar y cortar el crecimiento y equilibrio que todo ser humano busca a lo largo de la vida.
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