Son muchas las historias que a diario se escriben sobre Siria, sus refugiados, sus hombres, sus niños y sus mujeres. Siendo estas las protagonistas de acoso, trata, matrimonios forzados y esclavitud.
Intentan salvar su vida y la de su familia, entrando a países desconocidos que les permitan tan solo estar. Sobrevivir. En Turquía por ejemplo, se han registrado aproximadamente de 2,5 millones de sirios, de los cuales 300 mil están trabajando de manera ilegal. Esto ha generado revuelta en la industria de la moda, ya que marcas como H&M, Next, Primark y C&A han realizado reportes de trabajadores ilegales en su lista de proveedores.
Muchas de las mujeres refugiadas se encuentran trabajando en maquilas que están establecidas en Turquía. Su demanda es gigantesca ya que este país es el tercer exportador de textiles para la unión europea.
Estas cifras han alarmado al gobierno turco, el cual ha empezado a desarrollar una sería de investigaciones ya que los empresarios de la moda sugieren que se entregue permisos de trabajo a refugiados para que las marcas no se vean involucradas en temas de explotación laboral.
Pero la solución no pasa solo por la entrega de un permiso laboral, ya que se están dejando de lado temas importantes como por ejemplo, la prevención del trabajo infantil, la violación de los derechos humanos, la remuneración digna, condiciones y horarios adecuados para personas que necesitan tener un trabajo y sobrevivir en un país extranjero.
Para ello organizaciones como Ethical Trading Initiative, Fair Labor Association y Fair Wear Foundation han tomado la palabra para entablar acuerdos con el gobierno, para proteger a estas personas y que se les permita tener un empleo que no atente contra su salud física ni mental
Un tema muy fuerte que provoca revuelo internamente en este país, pero que también pone contra la pared a un gobierno que ha obviado temas como este en casos anteriores. Es lamentable que las soluciones empiecen a aparecer cuando la situación ha llegado al limite. Se pasa la página y Turquía como país debe iniciar un proceso para generar soluciones responsables y efectivas. Ojalá este caso se tome como referencia en el mundo y que otros gobiernos puedan tomar acciones anticipadas que favorezcan a las millones de mujeres que a diario se ven enfrentadas a la explotación laboral de la industria de la moda. DESPERTAR.
Fuente: theguiltycode