La comercialización de pieles de animales en el mundo mueve aproximadamente unos cuarenta mil millones de dólares al año, es una industria contaminante e injusta, que a cobrado vidas de animales en peligro de extinción. Aún así en la actualidad son millones de animales los que son capturados con trampas y también millones que son criados en granjas bajo condiciones no dignas, para uso exclusivo del lujo de la “moda”. Un ejemplo reciente es la firma Hermés, que en pleno 2015 se hicieron publicas las condiciones inhumanas en las que criaban y sacrificaban a los cocodrilos para hacer carteras de lujo. Puedes leer “Tres Cocodrilos para una cartera? – Están locos”.
Pero, así como existe un gran grupo de diseñadores que no son conscientes del daño generado por el uso de pieles, existen otros que despiertan y enfrentan la realidad. Lo hizo Hugo Boss en el 2015 y ahora el turno es para la casa italiana Armani, quien con estás palabras hizo publico su compromiso de usar más pieles a partir de su colección otño-invierno 2016.
«El progreso tecnológico realizado en los últimos años nos permite disponer de alternativas válidas que hacen innecesario el uso de crueles prácticas con respecto a los animales. Continuando con el proceso que iniciamos hace muchos años, mi compañía está ahora dando un paso adelante, lo que se refleja en nuestra atención hacia cuestiones críticas como la protección y el cuidado del medio ambiente y los animales«.
Si hablamos de diseñadores respetuosos tanto con el medio ambiente como con los animales, sin duda el nombre más relevante es la diseñadora Stella McCartney (Puedes leer), que desde siempre ha sido una vegana activista trabajando de la mano con PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), organización sin fines de lucro, que se creó para la defensa y protección de los derechos de los animales y que realiza un duro trabajo desde 1980, año en que fue fundada.
Esperamos que cada día sean más los diseñadores que encuentran una nueva manera de hacer moda, en una industria que necesita un respiro, que necesita impregnarse de creatividad, tecnología, innovación y buenas practicas.
Fuente: Vogue