En mi infancia, reutilizar materiales era bastante común. Mi abuela solía hacer jerséis de lana de punto. A veces deshizo algún modelo y utilizaba los hilos para otros diseños más modernos. Con los hilos sobrantes ella elaboraba gorros, bufandas, calcetines y manoplas. A mí me interesaba la costura desde pequeña. Mi madre me daba prendas antiguas, cortinas o sabanas viajas para crear lo que quisiera. Utilizaba una máquina de coser antigua con pedal.
Cuando era adolescente, en los años 80, solía ir a las tiendas de secunda mano para comprar prendas y customizarlas. En esa época, ir a las tiendas de secunda mano era algo bastante marginal y el termino de customización no existía. Esas tiendas eran para la gente con pocos recursos económicos y no para la gente cool. Con mis amigas se lo pasamos muy bien, encontramos unas piezas de vintage total con unos precios muy baratos. En mis tiempos de estudios de modista (1988-1991) en el “Instituto de artes y oficios de Mikkeli” Finlandia solía utilizar retales de tela para hacer prendas con la técnica pachwork. Una vez incluso hice un top artístico con cintas de casete. Naturalmente, no había oído del término de “wearable art” y el concepto de reciclaje no había llegado en el conocimiento público.
En La Escuela Superior de Diseño (Universidad de ciencias aplicadas de Kuopio, Finlandia) en año 1995 hice el trabajo de fin de carrera sobre el diseño y realización de un abrigo de fieltro a base de lana cardada finlandesa. Ya éramos consientes de los asuntos ecológicos. Ese trabajo se trataba de creación de una nueva técnica de elaboración de fieltro de lana con las bases del ecodiseño. Utilicé lana finlandesa de producción local, de tonos naturales sin tinte alguna. Los hilos estaban teñidos con tintes vegetales. Con ese diseño y manera de elaboración, logré relevancia en varios concursos y exposiciones, de los cuales lo más destacado es SIFA (Smirnoff International Fashion Awards), ganadora a nivel nacional, finalista internacional en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Dejé Finlandia el año 1996 y me instalé en País Vasco, San Sebastián. Alquilé un estudio en el centro de arte contemporáneo Arteleku y seguía con la creación de fieltro. Sin embargo, cada vez me interesaba más la expresión artística. Empezaba experimentar con materiales de desecho y crear esculturas que tenía forma de vestido. Cada escultura tenía su propia historia y simbolismo.
En el año 2004 realicé un proyecto artístico llamada MODA LENTA-SLOW FASHION con la ayuda de la Diputación Foral de Gipuzkoa (beca de arte Arteleku). No sabía que existe este tipo de movimiento Slow fashion a nivel internacional. El hecho de que yo llevara a cabo la misma reivindicación al mismo tiempo no es una casualidad. Creo que a mucha gente le ha surgido la misma inquietud a la vez, el mundo está muy globalizado y tenemos información mediante internet en cualquier lugar del mundo.
Por lo tanto, puedo decir que en el campo de moda ética llevo desde mis tiempos de estudios. El concepto de moda ética está en auge y es más actual que nunca. Para mi es la única manera de producir nuevos productos.
Aquì su contacto:
www.tyttithusberg.com y www.slowbag.com